Vuelve la enfermedad de boca, manos y pies: alerta primaveral

Con el calor resurgen las enfermedades eruptivas en la infancia. Pediatras aconsejan reforzar la higiene y evitar mandar niños enfermos al jardín.

Imagen: Getty.

Con la llegada de la primavera, las enfermedades eruptivas típicas de esta estación vuelven a ganar terreno en jardines de infantes y maternales. Una de las más frecuentes es la herpangina, conocida popularmente como “enfermedad de boca, manos y pies”, que en los últimos días registró un aumento de consultas en diferentes instituciones educativas.

La herpangina es una infección viral causada por enterovirus, que se transmite fácilmente a través de la saliva, la mucosidad, las heces o el líquido de las pequeñas ampollas que aparecen en la piel. Con más calor y mayor actividad social, el contagio se facilita, sobre todo cuando los chicos comparten juguetes y utensilios.

Una enfermedad estacional que vuelve a circular

“No es que haya un brote en este momento, lo que sucede es que la primavera es la época de las eruptivas y suelen verse más casos”, explicó el médico pediatra Pablo Galán, quien recordó que la situación actual está lejos de la explosión registrada tras la pandemia.

La enfermedad afecta principalmente a niños pequeños y se manifiesta con fiebre leve, llagas en la boca y erupciones en manos, pies y zona del pañal. El diagnóstico suele ser clínico y no requiere estudios ni tratamientos específicos.

“Se da en general alrededor de los 5 años y es causada por un virus muy contagioso que provoca llagas en la boca y puntos rojos en las palmas de las manos y los pies”, detalló Galán. También señaló que, aunque no suele generar complicaciones, “es muy molesta, sobre todo al momento de alimentarse si aparecen muchas aftas”. En esos casos recomendó “alimentos blandos, como yogures y gelatinas, y mantenerlos hidratados”.

Cuidados en casa y medidas de prevención

El cuadro dura aproximadamente una semana y el tratamiento es únicamente sintomático. Se puede administrar paracetamol o ibuprofeno para bajar la fiebre, que rara vez es alta. Para aliviar las llagas, Galán sugirió utilizar “un gel que se usa cuando cortan los dientes”.

En el hogar, los cuidados incluyen hidratación frecuente, control de la fiebre y una dieta blanda y fresca.

Pero el mayor desafío está en evitar contagios dentro de los grupos de crianza. La regla básica es clara: higiene rigurosa y no enviar a los chicos enfermos al jardín.

“Por ser tan contagiosa, es fundamental el lavado de manos y evitar que los chicos que contraen la enfermedad asistan al jardín”, remarcó el pediatra. Advirtió que muchos contagios se producen porque “como hoy muchas veces los papás y mamás trabajan fuera de la casa y no tienen a quien recurrir, los mandan igual”.

Cuándo consultar al médico

Aunque la evolución suele ser favorable, se recomienda pedir atención médica si aparecen signos de alarma: deshidratación, rechazo persistente de alimentos, dificultad para respirar o un decaimiento marcado.

En plena temporada de enfermedades eruptivas, identificar los síntomas y reforzar los cuidados permite frenar la circulación de estos virus tan comunes como molestos entre los más chicos.

Fuente: El Día.

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