Con un golazo de Mastantuono y un cabezazo de Driussi, el Millonario fue más y celebró ante su gente en el Monumental.
River ganó un nuevo superclásico y la fiesta fue completa en su casa, que estuvo repleta y vibró como pocas veces, siendo el encuentro entre estos dos equipos con más público de la historia. Con un planteo ofensivo, actitud ganadora y momentos de buen juego, el equipo de Marcelo Gallardo derrotó 2-1 a Boca y se afirmó como uno de los protagonistas del Torneo Apertura.
Franco Mastantuono, con un exquisito tiro libre, y Sebastián Driussi, de cabeza, marcaron los goles del Millonario, que fue superior durante gran parte del partido. El Xeneize, dirigido por Fernando Gago, dejó una imagen pálida: apostó a un esquema ultra defensivo, especuló demasiado y terminó pagando caro su falta de ambición.
Un River voraz y decidido
Desde el arranque, River impuso condiciones. Atacó con intensidad, obligó a Boca a replegarse y fue construyendo su dominio territorial y anímico. Aunque el empate parcial llegó tras un error de Pezzella, que le permitió a Boca anotar en su única llegada clara, el equipo de Gallardo mantuvo su plan de juego y volvió a golpear antes del cierre de la primera etapa con el cabezazo de Driussi.
En el segundo tiempo, River reguló energías y Boca, aunque adelantó líneas, nunca encontró claridad. Franco Armani sostuvo la ventaja con dos atajadas decisivas sobre el final y selló un triunfo que en la cancha y en las sensaciones siempre pareció pertenecerle al Millonario.