Consultoras estiman que el IPC de junio se ubicaría entre el 1,6% y el 2,2%, impulsado por subas en tarifas, transporte y colegios.
Luego de la desaceleración inflacionaria registrada en mayo, los pronósticos para junio muestran una tendencia levemente alcista en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Las principales consultoras económicas del país proyectan que la inflación mensual se moverá entre un piso de 1,6% y un techo cercano al 2,2%, dependiendo de la intensidad de los aumentos en los precios regulados.
Alimentos moderan la suba, pero regulados empujan el índice
Según la consultora Analytica, la inflación de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires se mantuvo baja, con un promedio semanal de 0,1%, lo que arroja un incremento mensual del 1,7% en el nivel general de precios. En ese rubro, los mayores aumentos se dieron en café, té, yerba y cacao (+5%) y en azúcar y chocolates (+3,1%), mientras que las verduras mostraron una caída del -1,6%.
En tanto, EcoGo proyecta que la inflación de junio llegará al 2%, impulsada por subas en servicios regulados como luz (2,6%), gas (2,8%), prepagas (2,8%), colegios en CABA y PBA (2% y 6,5%), cigarrillos (5%) y transporte (hasta 7%). La inflación en alimentos del hogar se mantendría en torno al 1,8%, incluyendo consumos dentro y fuera del hogar.
Las proyecciones más conservadoras estiman un 1,6%
Otras consultoras, como Econométrica y PxQ, prevén un escenario más moderado, con un IPC de 1,6% en junio, en línea con el dato de mayo, que perforó por primera vez en meses el umbral del 2%. En la misma sintonía, C&T Asociados también anticipa un índice por encima del mes pasado, aunque reconoce que la desaceleración anterior estuvo influida por factores transitorios como la baja en el precio de los combustibles, la caída en verduras y el impacto de promociones durante el Hot Sale.
¿Rebote transitorio o nueva tendencia?
Para la consultora Equilibra, la inflación de junio superará el 2% y alcanzará un 2,2%, aunque advierten que aún falta relevar la última semana del mes. El incremento responde principalmente al impacto de los precios regulados, que presionan al alza pese a la relativa estabilidad en los productos de consumo masivo.
Los analistas coinciden en que este leve repunte no representa necesariamente un quiebre de la tendencia desinflacionaria, pero alertan sobre la fragilidad de los factores que la sostienen. Con el índice aún en niveles bajos para los promedios históricos del país, la evolución de los precios regulados y la estabilidad del tipo de cambio serán claves para los próximos meses.
Fuente: Ámbito.