El Consejo Federal de Salud decidirá si acepta la recomendación de la Comisión Nacional de Inmunizaciones de reforzar la aplicación de dosis en el AMBA.
La reaparición del sarampión con una baja cobertura de la vacunación es la combinación menos deseada en salud pública para una enfermedad tan contagiosa y de alto riesgo si se combina con la malnutrición infantil y falta de atención adecuada. Solo en Estados Unidos, 15 estados ya confirmaron 301 casos de tres brotes con epicentro en Texas, donde murió un chico. En la Argentina, son ocho los oficializados a partir de un brote en la ciudad de Buenos Aires, donde controlan los carnets de vacunación a través de las escuelas y fueron puestas en seguimiento 550 personas que tuvieron contacto con los enfermos; otras 16 viven en la provincia de Buenos Aires: ese distrito informó que uno de ellos enfermó, junto con su bebé de 9 meses. Mañana, el Consejo Federal de Salud (Cofesa) decidirá si acepta la recomendación de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) de reforzar la vacunación en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
“Estamos preocupados”, señalaron en el Ministerio de Salud de la Nación ante la consulta sobre la posibilidad de que haya más casos. Preparan una campaña nacional para vacunar a mayores de 18 y compraron de urgencia a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) una provisión adicional de la vacuna doble viral, que protege contra sarampión y rubeola.
Los dos últimos casos asociados con el brote del barrio porteño de Palermo, que afectó a seis pacientes entre 8 meses y más de 40 años de edad, residen en la localidad bonaerense de Florencio Varela. Son padre e hijo. El hombre trabaja a pocas cuadras del PH donde se iniciaron los contagios. El Ministerio de Salud bonaerense dio a conocer la confirmación.
La aparición de estos brotes se da a la par de una caída global de la vacunación infantil, con virus o bacterias que pueden cruzar fronteras en horas o continentes en un día. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su nombre en inglés) alertó en noviembre pasado que los casos de sarampión habían crecido un 20% durante 2023.
En la Argentina, ese año, 90.607 bebés de un año no recibieron su primera dosis de la triple viral (contra sarampión, rubeola y paperas) como prevé el calendario. A la par, 372.283 chicos quedaron sin completar el esquema obligatorio para el ingreso escolar. Eso se traduce en una cobertura del 81% con la primera dosis y de apenas un 55% para la segunda de la población objetivo. Los datos más recientes son aún peores, con dosis pendientes de aplicación en los stocks provinciales.
“Para prevenir los brotes y proteger a la población contra uno de los virus humanos más contagiosos se necesita alcanzar una cobertura de al menos un 95% con ambas dosis en todos los países y zonas”, insistieron la OMS y los CDC al dar a conocer su relevamiento. Lo mismo mencionan autoridades sanitarias argentinas y especialistas consultados en las últimas semanas. Pero esa meta de cobertura óptima, como con otras vacunas de calendario, sigue lejos de cumplirse en un sistema de salud en el que todavía se registran aplicaciones en planillas de papel, como ya dio cuenta este medio. Datos preliminares oficiales anticipan que el año pasado solo recibieron la primera dosis un 78,5% de los bebés de un año que debían ser inoculados: hay 102.467 que no lo hicieron.
Un mapa del país en rojo da cuenta de la baja cobertura con el refuerzo al ingreso escolar: apenas un 46,1% de los chicos de 5 años recibió la segunda dosis. De confirmarse esos valores, hay 328.993 chicos que empezaron la primaria sin el esquema completo.
“Estamos pagando las consecuencias”, dicen en la cartera sanitaria nacional al preguntar sobre el brote en curso. Afirman que en 2024 distribuyeron 1.100.000 dosis a las provincias. “Estamos haciendo una compra de urgencia a la OPS. Tenemos una compra de 500.000 dosis de calendario con entrega en octubre, pero queremos recibir una ahora. Hay 280.000 dosis sin usar en las provincias y estamos preguntándoles cuántas tiene cada una para reasignarlas a las que necesitan reforzar la vacunación”, señalaron.
Fuente: LN