La directora gerente del organismo pidió «no descarrilar la voluntad de cambio» en los próximos comicios. La oposición afirmó que las declaraciones confirman que el crédito otorgado a Milei fue «político».
Como si fuera poco digitar el programa económico del gobierno de Javier Milei, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo pretende imponer sus reformas en el Congreso Nacional, sino también aleccionar a los argentinos sobre cómo deben votar en los comicios legislativos. “El país tendrá elecciones en octubre y es fundamental que no descarrile la voluntad de cambio”, pregonó la directora gerente Kristalina Georgieva como una directriz de vida o muerte sobre el destino del país. El mensaje proselitista fue repudiado por dirigentes de la oposición, que denunciaron la escandalosa injerencia del organismo. La expresidenta Cristina Kirchner compartió un comunicado del Partido Justicialista (PJ), en el que se rechaza la «intromisión» del FMI en la disputa electoral y remarca que se comprueba que el crédito por 20 mil millones de dólares aprobado a principio de mes se trata de un «préstamo político, similar al otorgado a Mauricio Macri en 2018″. El jefe del bloque de Unión por la Patria en Diputados, Germán Martínez, aseguró que “el FMI no solo define la política económica de Argentina, sino que lisa y llanamente conduce la estrategia política-electoral” del Gobierno.
Después de aportar el primer desembolso de 12 mil millones de dólares para contener las presiones cambiarias de los próximos meses, Georgieva se metió de lleno en la campaña y, en un hecho inédito, hizo pública su militancia por La Libertad Avanza. En la Asamblea de Primavera del FMI y del Banco Mundial, la economista búlgara derrochó elogios a los resultados de la gestión de Luis Caputo y hasta tomó como propio el latiguillo que repite el ministro de Economía: “Esta vez es diferente”.
“Esta vez hay decisión de poner a la economía en el buen camino: de un déficit alto a un superávit, de una inflación de dos dígitos a una inflación que en febrero bajó al 3 por ciento”, enumeró entusiasmada y obvió mencionar el saltó de precios en marzo. Luego de destacar los logros económicos, Georgieva habló respecto de los peligros políticos que corre el plan. “El país va a elecciones en octubre. Es muy importante que la voluntad de cambio no se descarrile. Hasta ahora, no vemos que ese riesgo se materialice. Pero yo le pediría a la Argentina que mantenga el rumbo”, lanzó, sin ruborizarse, para pedir a los argentinos que respalden a los candidatos libertarios.
Si bien el favoritismo partidario del FMI no es una novedad, lo llamativo en esta oportunidad fue la exposición pública. Durante la presidencia de Mauricio Macri, la exdirectora gerente Christine Lagarde y el directorio del organismo se ocuparon de dibujar los fundamentos técnicos para justificar un crédito excepcional por 57 mil millones de dólares (el más grande de la historia). Incluso, Mauricio Claver-Carone, actual enviado de Donald Trump para América Latina, admitió tiempo atrás que los créditos Stand-By tuvieron como fin acompañar a Cambiemos antes de las elecciones. Sin embargo, siempre mantuvieron solapado que se trataba de un favor apalancado por la Casa Blanca y ejecutado por el organismo. Ahora, Georgieva lo reconoce sin pudor.
“Argentina no está sola. Ahí estamos. El Banco Mundial está ahí. El Banco Interamericano de Desarrollo está dando un paso al frente», afirmó en referencia al respaldo político del capital financiero internacional hacia Milei y los fondos que tendrá disponible como salvavidas cambiario-electoral. Además, para que no queden dudas de su fanatismo libertario, Georgieva también destacó el desmantelamiento del Estado argentino, elogió la tarea del ministro de Desregulación, Federico Sturzzenegger, y lució orgullosa un pin con la forma de una motosierra.
Soberanía ha salido del grupo
«Estas declaraciones confirman lo que señalamos desde un primer momento: se trata de otro préstamo político, similar al otorgado a Mauricio Macri en 2018», denunció el PJ. A través de un comunicado difundido por su presidenta, Cristina Kirchner, el partido acusó a Georgieva de haber incurrido en una «intromisión electoral». «A los argentinos nos costó demasiado conseguir la libertad de votar como para someter la decisión a un organismo extranjero que nada tiene que decir sobre la voluntad del pueblo argentino», expresó.
Los cuestionamientos también llegaron de parte de los legisladores Unión por la Patria. Germán Martínez dijo que quedó en evidencia que «el FMI no solamente define la política económica de Argentina, sino que lisa y llanamente conduce la estrategia política-electoral, llamando a votar por Milei». Su compañera de bloque Julia Strada afirmó que “Kristalina está dejando los dedos marcados» y resaltó que «no solamente le pusieron una torta de plata (20 mil millones de dólares adicionales) sin que Milei les haya pagado un solo dólar del préstamo existente (45 mil millones), sino que ahora le hacen campaña». Cecilia Moreau, en tanto, señaló que «no hay ningún disimulo» y que «ni siquiera se preocupan por maquillar sus intenciones». «Es indignante y obsceno, pero no es nada que no supiéramos. Se van a tener que hacer cargo de esta deuda que es ilegal e ilegítima», completó.
Desde el Frente de Izquierda, la dirigente del PTS Myriam Bregman planteó que «es una humillación a nuestro pueblo, a trabajadores y jubilados, que están sufriendo las consecuencias del ajuste» y que las expresiones de Georgieva son «con la motosierra en la mano, porque sabe que este personal político le garantiza un nuevo y feroz ataque». Mientras que Gabriel Solano del Partido Obrero calificó como un «escándalo el involucramiento en la política interna» y exigió «desconocer» el préstamo.
El respaldo y los condicionamientos
La proclama electoral de Georgieva llegó 48 horas después de exigirle a la dirigencia que se «apegue a las reformas» de Milei. Ante un foro de legisladores en Washington, la economista dijo que «lo que va a cambiar el futuro» de la Argentina es «crear la confianza de que esta vez es distinto». Bajo esa premisa, le pidió al Congreso «mantener el rumbo para que el país pueda ser legalmente un lugar próspero».
Traducido: el organismo busca ponerle un límite a los proyectos que vayan en contra de la meta fiscal, que exige aumentar el superávit un 0.9 por ciento del PBI entre 2025 y 2026. Sobre la mesa también están las reformas laboral, tributaria y previsional, mayores desregulaciones y avanzar en privatizaciones.
Las expresiones de Georgieva fueron en sintonía con el fuerte respaldo que brindó la semana pasada Scott Bessent. Luego de visitar Buenos Aires y reunirse con Milei y Caputo en la Casa Rosada, el secretario del Tesoro de Estados Unidos les prometió a agentes financieros que, en caso de que el contexto internacional golpee la recuperación económica de Argentina, Trump le otorgaría una línea de crédito para rescatarlo. «Si la Argentina lo necesita, en caso de un shock externo y si Milei mantiene el rumbo, estaríamos dispuestos a utilizar el FSE (Fondo de Estabilización Cambiaria)», sostuvo Bessent en un evento privado organizado por el JP Morgan.
Así, a cara descubierta, la Casa Blanca y el FMI se juegan un pleno por Milei. Desembolsos para la campaña, respaldo político ante foros internacionales y la promesa de un salvataje de última instancia. La incógnita que aún queda oculta es qué otorga Milei como contraparte.
Fuente: P12