Productores agropecuarios anticipan un freno en la liquidación de divisas si el Gobierno restablece las alícuotas a la soja. El Ejecutivo necesita los dólares, pero el margen fiscal es escaso.
La advertencia llegó con contundencia desde el corazón del agro: si el Gobierno nacional sube nuevamente las retenciones a la soja y sus derivados el próximo 1° de julio, la liquidación de divisas se frenará hasta noviembre. Así lo expresó el directivo de la Sociedad Rural, Andrés Costamagna, en declaraciones que agitaron el tablero económico de una administración que depende cada vez más del ingreso de dólares.
“El campo ya hizo colchón para aguantar. Si vuelven las retenciones al 33%, se van a quedar secos hasta noviembre”, lanzó Costamagna en diálogo con el canal Ahora Play. Su mensaje refleja el malestar del sector ante lo que consideran una marcha atrás en el alivio fiscal que les permitió adelantar ventas y generar una fuerte inyección de divisas durante el primer semestre del año.
El agro, clave en la primera mitad del año
De acuerdo a los datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC), el ingreso de agrodólares entre enero y mayo alcanzó los u$s11.713 millones, un 29,5% más que en el mismo período de 2024. Fue la tercera mejor marca en la historia para ese lapso.
Esa mejora estuvo impulsada no solo por una cosecha mejor de lo esperada, sino principalmente por la baja temporal de retenciones impulsada por el ministro Luis Caputo en enero, y un contexto que permitió al agro volcarse al «carry trade», aprovechando tasas altas y un dólar estable.
El fin de la tregua fiscal
La tregua, sin embargo, está a punto de terminar. Desde el Gobierno, el presidente Javier Milei ratificó en reiteradas ocasiones que las retenciones volverán a subir el 1° de julio, tal como estaba estipulado. Eso implica regresar al 33% para la soja y al 31% para sus derivados.
En el sector exportador ya anticiparon que, apenas se efectivice la suba, el precio del grano en las pizarras caerá, restando incentivo al productor. Costamagna detalló que, por no renovar el decreto que sostiene la baja, el precio caería unos 30 dólares por tonelada: “Los u$s2.000 millones que solés tener en julio, agosto y septiembre no los vas a tener”.
El dilema del Gobierno: dólares o equilibrio fiscal
Para la Casa Rosada, el dilema es claro: necesita divisas para sostener el tipo de cambio y mejorar sus chances electorales, pero también debe preservar el ancla fiscal, pilar central del programa económico libertario.
El costo fiscal de haber bajado retenciones ya supera los u$s700 millones. Y si bien la medida permitió sostener el superávit, la recaudación general muestra señales de deterioro. A esto se suma una creciente presión por la suba de las importaciones y el gasto en turismo, que ya dejó un déficit de cuenta corriente de u$s5.191 millones, según el INDEC.
Costamagna consideró que mantener la baja sería una opción más razonable: “Hasta acá llegaste sin deteriorar el déficit fiscal, así que se podría mantener”, dijo.
Un contexto financiero desfavorable
La definición llega en un contexto global complejo, con tensiones internacionales que impactan sobre los mercados y un frente cambiario local en el que la balanza de pagos se volvió negativa.
La disyuntiva es de «sábana corta»: si el Gobierno prioriza recaudar, corre el riesgo de apagar el motor exportador que lo sostuvo en el primer semestre. Pero si mantiene los beneficios, el ajuste fiscal —al que Milei no está dispuesto a renunciar— podría perder fuerza.
Fuente: Ámbito.