La salud pública atraviesa una crisis sin precedentes en nuestro país. En las últimas horas, se confirmó la renuncia de médicos de áreas fundamentales del Ministerio de Salud, entre ellas Vacunas, VIH, Lepra y Tuberculosis. Los especialistas denuncian el desmantelamiento de programas esenciales y la falta de respuestas del Gobierno de Javier Milei.
Renuncias en cadena y denuncias de desmantelamiento
Entre las renuncias más significativas se encuentra la de Carolina Selent, médica infectóloga que hasta ahora dirigía la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI), el área encargada de la distribución, seguridad y control de las vacunas en el país. Su dimisión se suma a la de tres especialistas en inmunización, lo que deja a la dirección con solo tres médicos en funciones.
Selent denunció que el Gobierno de Milei despidió recientemente al 30% del personal de la DiCEI y advirtió que la compra de vacunas está en riesgo. Según la médica, el ministro de Salud, Mario Lugones, permitió que las provincias gestionen por su cuenta la adquisición de vacunas a través del Fondo Rotatorio de la OPS, lo que podría generar desigualdades en la cobertura y disponibilidad de dosis.
La crisis no solo afecta a la inmunización. En el área de VIH, según Selent, solo quedan dos médicos en funciones, y la situación es aún más alarmante debido a la falta de preservativos y reactivos para los análisis de detección.
El deterioro se extiende a otros programas:
- En el Instituto Nacional del Cáncer, la compra de morfina ha presentado dificultades.
- En el Programa Remediar, que distribuye medicamentos esenciales, también hay problemas en el abastecimiento.
Reacción del Gobierno y denuncias de «ajuste sanitario»
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, criticó el vaciamiento del sistema y expresó su preocupación por la imposibilidad de cumplir con las obligaciones básicas que marca la ley.
«Es una tristeza e impotencia ver cómo el trabajo de décadas se está destruyendo en un puñado de meses», escribió Kreplak en su cuenta de X.
Además, advirtió que reconstruir un sistema de salud sólido llevará tiempo y esfuerzo, dado el impacto del ajuste.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación, en tanto, minimizaron la situación y aseguraron que los programas «siguen funcionando con normalidad». Fuentes de la cartera afirmaron que la renuncia de los especialistas responde a una «operación política» de quienes llevan más de 20 años en el Ministerio y que no estaban alineados con la nueva gestión.
Asimismo, señalaron que el conflicto se generó cuando se les pidió trabajar de manera presencial todos los días, ya que algunos profesionales argumentaban acuerdos previos que les permitían asistir solo dos o tres veces por semana.
¿Qué pasará con los programas afectados?
Más allá de la versión oficial, lo cierto es que las renuncias y despidos generan incertidumbre en la salud pública. La interrupción en la compra de insumos clave y la falta de profesionales en áreas críticas podrían comprometer la prevención y tratamiento de enfermedades en los sectores más vulnerables.
El ajuste en salud, que el Gobierno justifica como parte de su política de reducción del gasto público, pone en riesgo la continuidad de programas históricos que han garantizado la atención de miles de argentinos.