El conflicto entre Israel y Hezbolá ha entrado en una fase de tregua, con un alto el fuego de 60 días que comenzó el miércoles. Esta pausa en las hostilidades ha permitido que decenas de miles de libaneses desplazados regresen a sus hogares, en un conflicto que ha dejado más de 3.800 muertos en el Líbano y cerca de 130.000 personas evacuadas en la región.
Desde la madrugada, el sur del Líbano, epicentro del enfrentamiento, ha visto un flujo masivo de ciudadanos retornando a sus hogares. En ciudades y pueblos que habían sido bombardeados, la población volvió, en muchos casos, antes de que el ejército libanés autorizara formalmente el regreso.
Hezbolá, por su parte, proclamó su “victoria”, afirmando que Israel no logró doblegar su voluntad. Mientras tanto, el ejército israelí, aunque respetó la tregua, advirtió que cualquier violación por parte del grupo chiita sería respondida con fuerza.
El ejército libanés ha comenzado a reforzar su presencia en el sur del país, especialmente en las áreas cercanas al río Litani, una región clave según el acuerdo de alto el fuego. Se espera que hasta 10.000 soldados libaneses se desplieguen en la zona, reemplazando a las fuerzas de Hezbolá.
El impacto en la población civil
El conflicto ha tenido un impacto devastador en la población civil. Según UNICEF, más de 240 niños han muerto y 1.400 han resultado heridos. La directora ejecutiva de la organización, Catherine Russell, subrayó la importancia de proteger a las familias y facilitar el acceso humanitario en las zonas más afectadas, especialmente en el sur del Líbano.
“El alto el fuego es un primer paso esencial para permitir que las comunidades se recuperen”, afirmó Russell, destacando la necesidad de que las organizaciones humanitarias tengan acceso seguro y sin restricciones a las áreas en crisis.
Contexto y expectativas futuras
El conflicto actual comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hezbolá abrió un frente contra Israel en apoyo a Hamas, tras el ataque del grupo palestino a territorio israelí. Desde entonces, los enfrentamientos han escalado, con bombardeos masivos y una operación terrestre israelí que dejó un saldo de más de 3.800 muertos en el Líbano. Del lado israelí, murieron 82 militares y 47 civiles.
El acuerdo se recibió con optimismo en la región. El primer ministro libanés, Najib Mikati, llamó a la retirada de las tropas israelíes del sur del país, y el presidente estadounidense, Joe Biden, lo calificó como “un nuevo comienzo” para el Líbano.