El juez federal Sebastián Casanello dictó el procesamiento de Ariel De Vicentis, jefe de seguridad de Nordelta, acusado de obstrucción a la justicia en el marco de la causa que investiga a los hermanos Jonathan y Emmanuel Kovalivker, propietarios de la droguería Suizo Argentina, involucrada en el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).
Según la resolución, De Vicentis habría alertado a Jonathan Kovalivker durante los allanamientos del 22 de agosto en el barrio privado La Isla, frustrando así su detención y el secuestro de elementos clave para la investigación.
El protocolo de Nordelta bajo la lupa
La sospecha sobre De Vicentis surgió del testimonio de oficiales de la Policía de la Ciudad que participaron de los procedimientos. Los agentes relataron que al solicitar la dirección de la vivienda, escucharon una llamada en altavoz al jefe de seguridad, quien presuntamente dio aviso al propietario investigado.
La investigación permitió acceder a mensajes de WhatsApp en los que De Vicentis instruía a sus guardias a no colaborar con las fuerzas de seguridad durante allanamientos: “Sea la fuerza de seguridad que fuere, nosotros no tenemos que facilitarle el camino a ninguno”, escribió.
El magistrado entendió que se trataba de un “protocolo no escrito” en Nordelta, donde ante cualquier operativo judicial se activa la intervención del área legal y se retrasa o impide la tarea de las fuerzas.
Qué resolvió la Justicia
Casanello procesó a De Vicentis por desobediencia a la autoridad, estorbo de un acto funcional y encubrimiento, con un embargo de 2 millones de pesos, aunque sin prisión preventiva.
En paralelo, se le secuestraron dos teléfonos celulares que quedaron bajo peritaje y se ordenaron nuevos allanamientos en los barrios La Isla y El Golf para obtener registros de ingresos, salidas y grabaciones de cámaras de seguridad vinculadas a los movimientos de la familia Kovalivker.
Una historia repetida
Nordelta, uno de los countries más exclusivos de Tigre, ya había sido escenario de allanamientos resonantes. Sin embargo, la causa abre ahora un nuevo frente: el rol de sus propios sistemas de seguridad como presuntos obstáculos en investigaciones judiciales.
Fuente: Página 12.