Un estudio privado reveló que grandes empresas utilizan el monotributo para disfrazar relaciones de dependencia y evadir aportes.
La informalidad laboral sigue creciendo en Argentina y se diversifica en sus formas. Un reciente informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) advirtió que unos 600.000 monotributistas trabajan en relación de dependencia encubierta, es decir, cumplen funciones como empleados pero figuran formalmente como trabajadores autónomos inscriptos en el régimen simplificado.
La cifra surge del cruce de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, que recientemente incorporó nuevas preguntas sobre el régimen de monotributo y el vínculo laboral de los trabajadores. El resultado muestra un fenómeno extendido, principalmente en las grandes empresas, que recurren a esta figura para evitar registrar empleados en relación de dependencia y así evadir aportes y cargas sociales.
Un mecanismo que crece en grandes empresas
Según el estudio, el 14% del empleo informal asalariado corresponde a trabajadores monotributistas, que facturan a su empleador mensualmente. Esta práctica es más común en empresas grandes:
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En firmas de más de 40 empleados, el 8% de los trabajadores está «en negro» y de ese porcentaje, el 45% factura como monotributista.
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En empresas de 10 a 40 empleados, el 14% está informal y un 24% factura bajo ese régimen.
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En las más chicas (menos de 10 empleados), el 77% está informal y sólo el 7% factura como monotributista.
“La utilización del monotributo como forma de disfrazar relaciones laborales es mucho más habitual en las grandes empresas que en las pequeñas, donde predomina directamente el trabajo en negro sin ningún tipo de factura ni cobertura”, explicó Jorge Colina, titular de IDESA.
Radiografía del empleo según el INDEC
Los datos del INDEC marcan que en el primer trimestre del año la Población Económicamente Activa en zonas urbanas alcanzó los 14,4 millones de personas. De ese total, 13,3 millones están ocupadas, de las cuales el 27,3% son trabajadores no asalariados (autónomos, cuentapropistas y profesionales).
El restante 72,7% son asalariados, unos 9,6 millones de personas. Sin embargo, 3,5 millones no están registrados formalmente, lo que representa un preocupante 36,3% de informalidad en ese segmento.
Dentro de ese universo informal, 17,1% realiza aportes como monotributista, lo que representa alrededor de 598.500 personas. Según detalla IDESA, el 14% factura todos los meses a su empleador, mientras que un 3% paga monotributo pero no factura al empleador, sino a otros clientes o simplemente para mantener obra social y aportes jubilatorios al día.
Eludir derechos laborales
El informe advierte que este mecanismo de precarización encubierta “es utilizado para evitar las cargas laborales que impone la ley argentina, pero en los hechos reproduce una relación de dependencia: horarios, jefes, tareas y subordinación a la empresa, pero sin los derechos laborales básicos que le corresponden a cualquier asalariado”.
Por último, IDESA recomienda revisar las regulaciones del monotributo y reforzar los controles a grandes empresas, donde esta maniobra aparece con mayor frecuencia como forma de recorte de costos.
Fuente: Ámbito.