Los cardiólogos nucleados en el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) llevan adelante una medida de fuerza de 48 horas, que incluye la suspensión de colocaciones de stents y angioplastias programadas. Esta acción, que comenzó ayer y culmina hoy, tiene como objetivo visibilizar la crisis que atraviesa el sector, marcada por honorarios atrasados y el incremento en los costos de insumos médicos.

A pesar de la protesta, desde el CACI aclararon que la medida no afecta la atención de urgencias ni los servicios en los hospitales públicos del país. En estos centros, las intervenciones cardiovasculares, tanto de emergencia como programadas, se realizan con normalidad, garantizando la atención a los pacientes que lo requieran.
El paro, definido como un «apagón de monitores», se enmarca en un contexto de creciente malestar en la especialidad. Desde el CACI sostienen que los cardiólogos intervencionistas enfrentan una «tormenta perfecta», combinando honorarios insuficientes con dificultades para acceder a los materiales necesarios para sus prácticas, debido a las demoras en las entregas y los altos costos.
El Ministerio de Salud de la Nación se refirió a la situación destacando que se trata de un conflicto que involucra a actores del sector privado de salud. «El Colegio de Cardiólogos Intervencionistas está promoviendo una negociación con los prestadores y financiadores para mejorar el valor de sus intervenciones, y debe resolverse en un marco de responsabilidad para evitar confusión en los pacientes», indicaron en un comunicado.
La medida de fuerza finaliza hoy, y se espera que los cardiólogos intervencionistas y los prestadores de salud continúen negociando para resolver esta situación que afecta al sector.
Fuente: Infobae.